miércoles, 13 de abril de 2016

Entre besos y bambalinas.

En un día historias ocurren a la par y en el mismo momento, mientras se dan besos, caricias y sonrisas de diversa índole, un beso puede ser a un ser querido o a alguien que acabas de conocer, caricias entre amantes del dólar y sonrisas (forzadas) con el cliente pesado que no te deja de molestar.

Empezaba el día con las sonrisas entre interior y su razón, pícaramente un galardón sobrevolaba la fachada y la encomiable labor policial del emérito director era reconocida por su viejo amigo, un viaje histórico de dos grandes confidentes de la vida. Su sonrisa opacaba las trémulas insinuaciones de unas imputaciones  cantadas con panderETA abertxale.

En ese mismo momento, en una terraza un joven se paraba frente contra frente y sentía que su cuerpo empezaba a sudar en frío mientras veía su reflejo en las pupilas que tenía delante, sus manos se pusieron a temblar y la voz se entrecortó poco a poco, parecía que no le salían las palabras, sin embargo el tiempo seguía pasando. El sol empezó a apretar en lo alto del cielo mientras juntaba un poco más la silla a la mesa para poder coger la sombra, entonces, el ambiente se enmudeció y ya no se escuchaba el aleteo de las palomas, la voz de fondo de diversas conversaciones alrededor y mientras ella daba un trago de su refrigerio, cae una gota que súbitamente recorre sus labios y ya sin dilación juntó sus labios con los de ella, el sudor se fue, el mundo ya no existe y su mente esta en blanco.

Horas después entraba en el chigre un galán español, un conquistador de las américas que mientras alzaba su voz melódica  pedía un chatín de vino y se ponía a discutir con el resto de la troupe a la par que se quitaba sus gafas de aviador y las guardaba en el bolsillo de la camisa, la cual se encontraba entreabierta mostrando su pelo en pecho. La camarera le servía su chatín de vino y entonces unas miradas con sonrisas flirteaban en el ambiente, él siempre diciendo “Qué guapina yes, qué pena que seas de izquierdas, algo malo tenías que tener” y suelta esa carcajada ostentosa, mientras ella piensa en la caricia con cierta fuerza e inercia que le apetece darle, sonríe apretando la boda y dice: “Qué gracioso eres, pero no todos podemos pensar igual”

Sucesos que retumban entre amor, miradas y sonrisas que gritan besémonos, amemos y acariciemos en este y otros días.


Beso con los labios humedecidos
y callados, mientras se cierran los ojos
las pestañas tocan los pómulos sonrojados.

Besó con ganas y fuerza sabiendo
que el último beso siempre se recuerda
más que el primero.

Beso alegre y travieso que
mueve los labios y forma
una sonrisa conjunta.

Besó, beso, besé
porque no sólo hay finales felices

pero no todos los finales son tristes. 

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