martes, 26 de abril de 2016

O povo é quem mais ordena

Es curiosa la historia, la experiencia de miles de años de estudio y sus continuas contradicciones forjaron a un padre que comprendió que para moverse, hay que saber por qué se mueve, para qué se mueve y hacía dónde se mueve, un padre que explicó la razón por la cual saber dar un martillazo sin darlo y martillear sin saber cómo hacerlo no tiene sentido.

Casualidades de los acontecimientos dieron lugar a alguien que aprendió a martillear y dejó las claves de cómo segar el pasto y recoger los frutos del trabajo. Por querer enseñar la labranza tuvo una vida de idas y venidas, cómo decía la canción:
                                                                       
“correle, correle, correla
por aquí, por aquí, por allá
correle, correle, correla
correle que te van a matar”

El sol salía al comienzo de un nuevo día y los grandes parajes labriegos al contrario que otros días se hallaban desolados, ningún campesino ni campesina araba la tierra, plantaba las semillas o cuidaba de la tierra. En ese mismo instante desfilaban por las principales ciudades el pueblo ganadero, el apicultor, el campesino, el fabril… Caían banderas Tzaristas y el sol en el zenit del mediodía impactaba en el mástil por el que subía la nueva bandera, la bandera comunera, la bandera roja.

Pasaron los años con vientos de cambio y cambiazo, cuando el águila daba gato por liebre y en la terra da fraternidade una sombra que recorría Europa instaló su nido durante muchos años. Aquellos que labraban sufrieron el yugo bajo el látigo, pero un 25 de abril se escuchó el sonido de la esperanza…

Y llegamos al hoy donde se abre el telón de fina seda para que en el escenario salgan los títeres a bailar y entonar el canto de sirena. Teatro de robusta madera, con muebles, bancos y el escenario tallado a mano por los mejores ebanistas y carpinteros del imperio. Cada día se habla del esfuerzo para comprar la entrada, de lo mal que se vive fuera del mismo, del sudor y lágrimas propias y del vecino, pero todo se olvida cuando uno reposa sobre la butaca tan cómoda, entonces silencio, la función va a comenzar…







Imagen: Propaganda de los Comités Cívicos de la iglesia durante las elecciones italianas de 1948.

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